DEL AMOR IDIALIZADO AL AMOR IDIOTIZADO

Con cuanta frecuencia se me ha preguntado la definición de la palabra amor;
Y yo para no ser menos, la he adornado de una y mil maneras; Por ejemplo.
El amor es sublime, es comprensión, es dar, y un sin fin de bobadas mas????
Cada cual lo define , de la mejor manera posible......
Ahora bien; He querido sintetizar al amor analizándolo en la mayoría de sus fases
Conocidas; ( y que me perdonen los idealistas ) incluyéndome también por haberle
Rendido culto: Antes de comenzar, quiero aclarar , que muy a menudo se confunde,
Cariño por pasión; Amor con deseo de la carne:
De lo que realmente quiero hablar, es del amor que cada individuo lleva consigo por
Ley natural, y lo deposita ( llegado el momento ) en el primer energúmeno que encuentra
En su camino. De un simple, he insignificante ser; se convierte automáticamente en un Dios
En algo diferente, intocable; Para los demás por supuesto, porque siendo nuestro Dios, nos
Pertenece por completo, y también queremos pertenecerle, de la misma forma:
He ahí que comenzamos a buscar la manera de mejor agradarle, ajustándonos a sus gustos a su modo de ser y de pensar, y es allí, precisamente, cuando empezamos a perder automáticamente nuestra personalidad he independencia; Y allí justamente, donde comienza a tomar vida el dios inexistente ;volviéndose a nuestros ojos , la perfección divina. Emergiéndonos a una contemplación casi idiota. Todo en el se diviniza; su cabello,
Sus ojos, sus manos, que aunque burdas y grotescas, las hallamos bellas y suaves al contacto con nuestra piel.... Si es instruido, ensalzamos su conocimiento, su cultura; En cambio, si es analfabeto, adoramos su léxico, su manera tan peculiar de expresarse, socorriendo sus tropiezos en el hablar; convirtiéndonos en su mas solícita y sumisa maestra;
Si alguien se ha excedido en la bebida, comentamos; ¡ Que asco! ¡Está borracho! ó ¡Que molesto! ¡Que pesado! ¡Que cargoso! .....No así ; Si el que ha bebido, es nuestro Dios.
Nuestra censura, no la medimos con la misma vara y nuestra crítica destructiva , va tomando lentamente, otro cariz y nuestro comentario suena casi con ternura ¡ Que divino está borrachito! Tomó y le hizo mal. Y festejamos cada estupidez que escupe el , energúmeno, ó nos quedamos arrobadas esperando que en ese estado calamitoso, nuestro Dios pierda su aureola, su brillo; Ese no se que, que el posee. Pero nada de eso ocurre, cada hora que pasa , él se vuelve mas gracioso, mas divino; Y así continúa nuestra idolatría; Sin siquiera darnos cuenta que, para los demás, ese ser tan extraordinario para nosotros, no pasa de ser un tipo vulgar y corriente como todos los demás: En definitiva, todos alguna vez, hemos sido alcanzados y tocados por cupido con la flecha hechizante del amor; Ese sentimiento apetecible de goces, de arrobamiento del alma; De trastorno mental he idiotez y escaso entendimiento....... Kukilin...